El Liceo Francisco Henríquez y Carvajal, fue fundado en febrero del año 1957 por gestión de personalidades de esta ciudad de Cotuí, como fueron: Miguel Ángel García, José Matos Dotel, Delsa Sánchez, Lucila Escolástico y Antonio Estrella. El Liceo comenzó a funcionar en el Colegio de las Monjas, ubicado frente al Parque Duarte, con una matrícula de 108 estudiantes. Luego fue trasladado al local del Banco Agrícola, y posteriormente al local de Partido Dominicano, hoy conocido como escuela primaria Antiguo Liceo.
En 1969 inauguraron la construcción del liceo, contando éste con 24 aulas ubicado en la calle Mella, sector Acapulco. Luego esta construcción resultó pequeño lo que obligó a las autoridades educativas de la época encabezado por el Director del centro, Miguel Ángel García a construir unos anexos.
El liceo Francisco Henríquez y Carvajal, fue uno de los centros seleccionado para iniciar el llamado Plan Reforma de la Educación Media, establecido por la Ordenanza 1’70 solo en la tanda matutina, ya que la vespertina funcionaba con el Plan Tradicional. En 1981 se creó la tanda Nocturna dirigida por Ramón Antonio Pérez Otáñez. (Archivo del Liceo Francisco Henríquez y Carvajal).
De este centro han sido directores grandes personalidades de la provincia, como son: Miguel
Ángel García Viloria, José Matos Dotel, Pedro Lanfranco, Ana Ant. Manzueta, Victoria
Elisa Jerez, Guadalupe Silverio, Nereida Camilo,
Miguel Ciprián, Patria Moya, Ana Ramona Moya, Manuel Vásquez, y Martina
Almánzar Hilario actualmente.
El Liceo
vespertino Francisco Henriquez y Carvajal cuenta
con 1 directora, 1 sub director, 2
coordinadores, 5 orientadoras y un total
de 712 estudiantes,
tiene
24 aulas, posee un laboratorio de Informática, uno de Ciencias, un
salón de Actos, un salón de profesores/as,
tiene departamento de orientación, una cafetería y una biblioteca,
este es
el centro educativo más grande de la provincia y el más antiguo.
Grandioso centro de estudios, grandes recuerdos llevo dentro de aquellos años hermosos. Década de los años 70. Profesores que lo daban todo por sus estudiantes. Qué bonita generación.
ResponderEliminar